Hace 30 años, un chiclanero hijo de la emigración, nació en Ámsterdam, donde sus padres, como tantos otros andaluces y gaditanos, habían marchado en busca de un futuro mejor que el que su tierra podía entonces ofrecerle, José Manuel Moreno Periñán, lograba en el velódromo de Horta la medalla de oro de ciclismo en pista en la modalidad de kilómetro contrarreloj.
Aquel día, un 27 de julio, el ciclista chiclanero entraba para siempre en la historia del deporte español y de Chiclana en poco más de un minuto, 1’ 03” 342” fue su tiempo, y, lo que es más importante, demostraba que con talento, esfuerzo, trabajo, constancia y sacrificio ningún sueño está demasiado lejos y nada es totalmente imposible.
La gesta de “El Ratón”, como se le conocía y se sigue haciéndolo, a lomos de una bicicleta, lleno de garra y fuerza, debería ser un ejemplo para todos los chiclaneros que en algún momento sienten la tentación de bajar los brazos.
José Manuel Moreno Periñán representa, o al menos debería hacerlo, lo mejor del espíritu que anima el día a día de sus conciudadanos, la perseverancia por conseguir las metas marcadas. En estos 30 años muchas cosas han cambiado en una ciudad que ha doblado su número de habitantes y que sigue avanzando para mejorar en todos sus niveles. Lo único que no ha cambiado es el cariño, el respeto y la admiración por un deportista que corrió con su bici como una exhalación y llenó de orgullo a Chiclana.