El volumen de recogidas de residuos sólidos urbanos está considerado hoy en día como uno de los principales indicadores para calcular la población residente y la flotante de una localidad durante un periodo determinado. Es decir, en función del número de toneladas que se recogan de residuos urbanos puede estimarse, con un mínimo margen de error, cuántos habitantes tiene una localidad, incluidos los que llegan de vacaciones, durante un periodo de tiempo determinado, que normalmente suele ser un mes. En el caso de localidades como Chiclana, esta cifra o indicador constituye un elemento primordial, por cuanto gran parte de su población reside sólo de forma temporal, bien sea por posesión de segundas viviendas o bien por vacaciones.
Teniendo en cuenta los argumentos anteriores y a tenor del volumen de recogida de residuos durante 2017, queda constatado el aumento de población flotante, por una parte, y la recuperación económica, fruto de una mayor ocupación hotelera y de un mayor número de turistas que optan por el alquiler de viviendas durante la temporada estival.
En total, los residuos sólidos urbanos generados en la ciudad en 2017 crecieron un 7,10 por ciento con respecto a 2016, según los datos extraídos de los pesajes realizados en los camiones que transportan la basura al vertedero y centro de recuperación de Miramundo. En concreto, durante el año recién finalizado se retiraron 61.406 toneladas de basura por las 57.336 de 2016, lo que situó la subida en más de 4.000 toneladas. Otro claro indicador de la recuperación económica es el número de nuevos contratos de agua, cuyo incremento anual se asemeja al habitual antes de la crisi económica.