El conjunto residencial y hotelero del Novo Sancti Petri ha sabido superar crisis como la de 1992-1994 y la de 2008, manteniéndose como una de las más cotizadas zonas turísticas
Vamos a celebrar, o estamos celebrando, el 30º Aniversario del arranque del resort “Novo Sancti-Petri”, mientras estamos inmersos en plena crisis económica debido a la pandemia que ha propagado, en todo el planeta tierra, el covid19.
Tal vez ya nos acordemos menos de lo que debiéramos, pero esta “urbanización” ya había sufrido dos crisis en años anteriores, la primera en 1992-1994, que obligó a ralentizar algunas de las inversiones hoteleras, y la más próxima, que comenzó en el 2008 y aunque el Instituto Nacional de Estadística, basándose en los datos de contabilidad nacional la cierra en el 2014, aún existen muchos especialistas en economía que no la dan por terminada. Esta última derivada de la “Gran Recesión” afectó a la mayor parte de los países del mundo y en especial a los países desarrollados. En España y en nuestra zona andaluza la crisis se visualizó con el final de “la burbuja inmobiliaria”, la crisis bancaria y desde luego el gran aumento del desempleo.
No obstante, de ambas recesiones el conjunto residencial y hotelero del Novo no salió mal parado, solo con algunos cambios empresariales. Tanto es así que en septiembre de 2018 se contabilizaba una ocupación de los alojamientos hoteleros del 93,18 por ciento, y autorizados expertos del mundo turístico escriben considerando el Resort de Novo Sancti-Petri “como uno de los destinos turísticos de primer nivel, preferidos por los ciudadanos centroeuropeos. A nivel nacional, se trata de una de las más cotizadas zonas de veraneo.”
La aparición de la terrible pandemia planetaria producida por el covid y de la brutal crisis económica por el virus generada, aunque ha incidido de la peor manera posible en el sector turístico, se ha encontrado con un Resort ya muy consolidado y con verdadera capacidad de soportar y de adecuarse a situaciones extremas.
El turismo puede ayudar a otros sectores a recuperarse
Una vez que los perímetros de nuestras regiones dejen de parecer rígidas fronteras, las divisorias de Europa vuelvan a desaparecer para los europeos, y los aviones retornen a ejercer su función de transportar turistas, es lógico y razonable, además de esperanzador, el admitir que volveremos a los mejores y prósperos tiempos para el turismo vacacional. Los acuerdos internacionales, las vacunaciones y el “certificado verde digital” podrían acortar los tiempos inquietantes de la crisis.
Resulta evidente que estos últimos tiempos están siendo una auténtica “prueba de fuego” para muchos sectores económicos, pero una vez que superemos las gravísimas circunstancias de la pandemia, el sector turístico en Chiclana puede comenzar la nueva etapa post-covid en inmejorables condiciones, gracias además de por su calidad, por el modelo de ciudad y de su imagen en Novo Sancti-Petri y que incluso sea el turismo el que ayude a otros sectores como la construcción, el comercio y los servicios en su mejor despegue.
Chiclana ofrece una media de 3.000 horas de sol al año en un entorno natural
Se están produciendo noticias y hechos que favorecen enormemente la calidad de vida que se puede disfrutar en nuestra ciudad, nunca se ha hablado tanto del teletrabajo como en la actualidad, o desde después del confinamiento de la necesidad de facilitar lugares abiertos e implantar espacios libres. Mientras que Madrid, la gran ciudad, contabiliza por primera vez, en diez años, saldo migratorio negativo durante el primer semestre del 2020, Chiclana lo continúa teniendo positivo. Como curiosidad, se ha producido un colapso en el mundo de las bicicletas, la explosión de la demanda a dejado a las tiendas sin stock y a las fabricas sin capacidad de abastecerlas.
Debemos poner en valor todas nuestras capacidades, vivimos en una ciudad con una media de 3000 horas de sol al año, equivalentes a 300 días de los 365 del año que podemos ver el sol y un tercio de nuestro suelo forma parte del Parque Natural de la Bahía de Cádiz. La mejor y mayor zona hotelera de la provincia, Novo Sancti-Petri, entre la playa de la Barrosa, con más de cinco kilómetros y el verde de los campos de golf.
Difícilmente se puede encontrar una ciudad de cerca de 100.000 habitantes, en el sur de España, en la costa andaluza, más abierta y más en contacto con la naturaleza que Chiclana.
Parece que vienen nuevos vientos de desarrollo, ojalá que este no produzca un nuevo “boom inmobiliario” y si este se produce en el diseminado que se resuelva con mesura y calidad.