Convergencia de Bailén, Santo Cristo, Matadero y la carretera de Fuente Amarga
L.R./Chiclana
Dijo un poeta que las plazas son como el mar para los ríos, lugar de confluencia donde los caminos convergen y se disparan hacia nuevos puntos, hacia nuevas direcciones. Este es el caso de la plaza Santo Cristo. Un lugar distinto coronado por la iglesia que lleva su nombre y que alberga una de las imágenes más antiguas de la localidad. Se trata del Cristo de la Vera-Cruz, un crucificado con cabellera natural donada, obra realizada en el siglo XVII por indígenas de la Nueva España en pasta de yute. Los ramales de la plaza son las calles Bailén, Cuesta del Matadero, la Carretera de Fuente Amarga o la propia calle Santo Cristo que baja en dirección a la Plaza Mayor.
Justo enfrente de la iglesia podemos encontrar el recuerdo al padre Salado. Fernando Salado Olmedo no sólo fue capellán sino que, de su propio erario, realizó importantes reformas en la ermita así como otras acciones históricas en la ciudad. Motivos varios por los que fue nombrado ‘Hijo Predilecto de Chiclana’.
Alrededor de la plaza se ubican diversos establecimientos que dan vida al entorno, como es el caso del antiquísimo Bar Los Cristales o la Autoescuela Plaza Mayor, en una de las esquinas con Santo Cristo. En la esquina contraria, con calle Bailén, justo a continuación de la iglesia encontramos un edificio emblemático, el extinto Cine Bailén, llamado posteriormente ‘Ideal Cinema’, uno de los pocos cines de verano con los que contaba la ciudad.
Santo Cristo, una encrucijada de calles que guían a barrios distintos y que muestra en su nomenclatura la historia y la religiosidad popular.