El ministro de Economía ha empezado el año realizando unas declaraciones nada afortunadas para los que vivimos en contacto diario con la calle y las gentes que las transitan. Sabemos que sigue existiendo miedo a perder el empleo, a no poder pagar la hipoteca, la luz, el agua, el coche y mantener a la familia. Que se esté generando empleo, lento pero cierto, es una realidad a tenor de los datos que se acaban de conocer sobre el paro durante el mes de diciembre y la tasa interanual, que también ofrece claros signos de mejoría. De ahí a pensar que hemos pasado el rubicón, hay un abismo. En un país con tantos millones de parados, en una ciudad como Chiclana con el mayor número de desempleados de su historia, los líderes políticos se cruzan acusaciones sobre si durante el tiempo de mandato de uno se generaron cuatro parados diarios y durante este sólo uno. Como diría el rey en la reserva, ¿por qué no se callan?. Al menos, hasta que puedan vanagloriarse de ser creadores efectivos de empleo que es la base de la riqueza. Cuando puedan decir que recogieron una situación, unos números y han sido capaces de mejorarlos. Mientras, objetivamente, no puedan demostrarlo, no deberían hacer anuncios categóricos. Se hacen afirmaciones que me dejan perplejo. Ahora resulta que el nuevo PGOU va a generar 15.000 puestos de trabajo. ¿Vamos a tener pleno empleo en Chiclana?. ¿Cómo lo han calculado?. No lo tuvimos ni en tiempos del ladrillo, cuando había en Chiclana más corredores que en la Vuelta a España. Cuando muchos pasaron de albañiles a promotores, de peones a constructores. Creo que, al margen de la honradez y la capacidad de trabajo, un político tiene que tener la prudencia como principal virtud. Por lo que puedan llevar a engaño sus palabras; las falsas expectativas y decepciones que generen; o por lo que puedan llegar a ofender a un número importante de sus conciudadanos que lo siguen pasando mal. Aún así, este debe ser un buen año para Chiclana. Fundamentalmente, el turismo se mantiene, manteniendo a su vez al grupo laboral más amplio, el del sector servicios. La Semana Santa viene este año antes, en marzo. Empezarán a trabajar miles de empleados en los hoteles. En estos meses esperemos que, además, se activen planes de empleo del ayuntamiento, del gobierno central o de la Junta. Al fin y al cabo, todos ellos, nos deben presentar cuentas y, como los peores estudiantes, lo han dejado para el final, por si sale la bola de una de las pocas materias que se hayan empollado. Esperan ese advenimiento esclarecedor como agua de mayo, nunca mejor dicho. Aunque sea por esas, que nos toque, que ese premio, el del empleo, se quede en Chiclana. De momento, hubo suerte en Navidad y con el Niño. Que la racha no pare y el paro deje de ser el principal asunto de preocupación de los chiclaneros, por mucho que diga un ministro o presagie un alcalde.
ANTONIO PÉREZ ALCÍBAR
Periodista