Se trata de uno de los personajes más singulares e influyentes en la historia de Chiclana durante la Edad Moderna, gran hacendado de la villa en la que se afincó en 1695 y que realizó varios viajes comerciales al nuevo mundo
A partir del último tercio del siglo XVII la ciudad de Cádiz comenzaba una de las épocas más florecientes de su historia. La estrecha vinculación con el comercio marítimo de la Carrera a Indias, una vez convertido su puerto en cabecera de la flota, incrementó el negocio de mercancías hacia las colonias españolas de ultramar contribuyendo con ello a un aumento de la riqueza en una ciudad ilustrada, moderna y cosmopolita. De Cádiz partía la flota hacia las Indias haciendo su primera escala en las Islas Canarias desde donde ponía rumbo hacia la isla Dominica o Guadalupe para que la Armada de Nueva España la dirigiese a Veracruz, Cartagena o Portobello. Las de salida fechas eran, normalmente, entre los meses de mayo y agosto, aunque a veces con retrasos, de la misma manera que ocurría con el tornaviaje, que podía tener una demora de hasta un año en función de la carga, el tiempo meteorológico o la presencia en el mar de piratas. Eran viajes de gran temeridad. No obstante, nunca faltaron mercancías y pasajeros. Y no todos los que lo solicitaban podían ir, más aún comerciantes.
Ha dejado como patrimonio cultural, el palacete de la calle del Fierro
Unos documentos fechados en julio de 1699 hallados en al Archivo General de Indias de Sevilla, a través de los Archivos PARES, nos muestran a un cargador a Indias avecindado en Cádiz, solicitando permiso de embarque para un viaje a la provincia de Nueva España donde negociar y vender algunos de sus productos en aquellas lejanas tierras. Este hallazgo nos da pie para escribir sobre la figura de uno de los personajes más singulares e influyentes en la historia de Chiclana durante la Edad Moderna. Hubo un tiempo, hasta hace bien poco, que desconocíamos muchos aspectos vitales y otras circunstancias de este cargador a Indias y gran hacendado de la villa chiclanera (se afincó en ella en 1695) que nos ha dejado, como patrimonio cultural comunal, de todos, el magnífico palacete de la calle del Fierro. Me refiero a Marcos del Fierro –que naturalizó su apellido francés por el español, Hierro– nacido en Saint Malo (Francia) que, en 1735, sería nombrado conde del Pinar por el rey Felipe V. La carpeta digital consta de cuatro documentos con siete folios timbrados. El primero corresponde a la solicitud de embarque en el que se referencia los documentos presentados y la razón del viaje: “Don Marcos del Hierro, factor (persona que comerciaba por su cuenta) casado en la España (…) Vezino de esta ciudad= Digo que como parece de la Certificacion que presento con el juramento necesario tengo Cargadas y rexistradas en la flota que proximamente ha de hazer viage a la Provincia de Nueva España a cargo del gral. Don Manuel de Velasco y Tejada, Cavallero de la Orden de Santiago, diferentes mercancías que importan mas Cantidad de los doscientos mil mr. de plata que disponen las hordenanzas y porque necesito pasar a dcha. Provincia, a beneficiar y poner Cobro a dchas. mercancías a cuyo fin me a concedido lizenzia Dª Juana Blasco de Aragon mi muger (…) con el mismo Juramento y para seguridad de que bolviere a los reynos a hacer vida maridable con la dcha. muger ofresco por mi fiador a Dn. Francisco Moreno Mañaras Vezino de la Ciudad (…) A V.S. pido y suplico aya por reservada la dcha.
La flota zarpó de Cádiz en julio de 1699 escoltada por dos galeones
Certificacion y licencia en su vista mande recivir al dcho. fiador para la fianza referida y haviendola otorgada en la Contaduria principal se me de el despacho necesario en qualquiera de los Navios de la dcha. flota que es Justicia que pido”.
El segundo documento se trata de un Auto de fianza firmado y rubricado por el marqués de Narros y por Juan Bautista de Aguinaga de la Contaduría de Hacienda y juez oficial de la Real Audiencia de la Casa de la contratación de Sevilla, que finalmente firmaba y rubricaba, el 2 de julio, dando fe de todo lo expuesto, Juan Carlos de la Peña: “Doy fe que Dn, Francisco Moreno Mañaras vezino de esta ciudad otorgo oy dia de la fecha, ante mi y zendos testigos la fianza para que esta mandado recibir para el auto antecedente por la qual (…) Don Marcos del Hierro (…) bolbiera a estos Reynos á hazer vida maridable con Doña Juana Blasco de Aragón, su mujer, cumplido el termino que S. M. tiene concedido a los Cargadores passageros que ban a las Indias, y no cumpliendo lo assi pagara el fiador mil maravedíes de plata”.
Otro viajero es Diego Iparraguirre, benefactor de las Agustinas Recoletas
El tercer documento es una certificación de Leandro Rivera Sotomayor oficial de pliegos de la Contaduría principal de la Real Audiencia de la Casa de la Contratación de las Indias de Sevilla firmado en Cádiz en la misma fecha especificando las circunstancias y el importe de la carga. El último de todos es el otorgamiento de una licencia de su esposa: “En la villa de Chiclana de la Frontera nueve días del mes de Junio de mil Seiscientos noventa y nueve (…) Por quanto el citado Su Marido esta de Proximo para hazer Viaje al Reyno de la nueva España en la (…) Flota que se esta despachando (…) El qual no puede hazer sin su licencia y Conzertacion y estando informada (…) se le Conzede y dize hazer, otorga (…) Licencia y facultad al dcho Marcos del Hierro su marido”. Y daba fe el escribano público de Chiclana, Juan Cevada, firmando como testigos Juan Molino y Carniego y Domingo Zevada.
La flota zarpó de Cádiz el 19 de julio de 1699 escoltada por dos galeones mercantes armados de 450 y 600 toneladas y cuatro pataches de 200 toneladas. El resto de la flota estaba compuesta por 14 navíos de diverso tonelaje comprendidos entre 500 los navíos mayores y 136 toneladas los pequeños. En uno de ellos iba nuestro personaje. No sabemos en cual. Sí sabemos que el “San Juan, San José y San Francisco Javier” de 303 toneladas pertenecía a Diego Iparraguirre, otro cargador a Indias con bienes raíces en la villa de Chiclana y gran benefactor del Convento de las Madres Agustinas Recoletas. El tornaviaje fue accidentado. La flota no regresó, por diversas causas, hasta 1701.
Se desconoce cuando desembarcó nuestro personaje en Cádiz. Fue un viaje arriesgado y no exento de dificultades, pero así sucedía en muchos casos. A pesar de ello, no sería la última vez que don Marcos tomase la ruta transatlántica a Nueva España, pues con el transcurrir del tiempo fue dueño de varias naos y adquirió tierras en Nueva España.