Los cajones del Consistorio chiclanero guardan una serie de proyectos que, a pesar de estar recogidos en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana, por una razón u otra siguen esperando a que las administraciones den el pistoletazo de salida para que las máquinas se pongan a trabajar.
La pasada semana se daban nuevos pasos para la transformación de las carreteras de Pago del Humo y del Marquesado en vías urbanas, tal y como se recoge en la nueva planificación urbanística. Cabe recordar que ambas carreteras pertenecen ahora a la Diputación, por lo que la presidenta de esta institución, Irene García, y el alcalde de la ciudad, José María Román, han firmado un protocolo de intenciones para que ambas vías, con la ayuda económica del ente provincial, pasen a ser de titularidad municipal, con lo que corresponderá al Ayuntamiento la gestión, el mantenimiento y la explotación de los viales. En concreto se trata de 700 metros de la CA-5205, entre los puntos kilométricos 9,260 y 9,960, y de 3.585 metros de la CA-3206, entre los puntos kilométricos 0 y 3,585. Cabe recordar que esta última será objeto de obras urgentes para reparar los desperfectos.
Sin embargo, otras iniciativas no han corrido la misma suerte. Es el caso del nuevo acceso al polígono de Pelagatos que engancharía la avenida Bahía de Algeciras con la rotonda ubicada frente a Maderas Polanco para acceder a la autovía A-48. Con esta iniciativa se pretende crear una gran avenida comercial por lo que viene siendo, desde hace años, una demanda de la Asociación de Empresarios de Chiclana y de la Entidad Urbanística de Conservación del polígono de Pelagatos. La actuación beneficiaría a muchos comerciantes que se ven «encerrados» y que no pueden desarrollar de forma normal su actividad comercial según, los propios empresarios. Así esta conexión convertiría la avenida de Pelagatos en una vía más de entrada a la ciudad que transformaría esta zona en una espacio similar a la avenida de Urbisur.
Otro proyecto que también beneficiaría a Pelagatos, según el Gobierno local, es la conexión de la zona de La Banda con la A-48 por la carretera del Marquesado y la Cañada de los Barrancos. La delegada municipal de Vías y Obras, Cándida Verdier, asegura que la adecuación de este trazado descongestionaría el tráfico en el casco urbano de Chiclana puesto que los vecinos de Huerta del Rosario o La Carabina, entre otras zonas, podrían acceder directamente desde la carretera del Marquesado, a la altura de la Venta Pololo. Verdier lamenta que “esta actuación nunca ha contado con el visto bueno del Ministerio de Fomento ya que la normativa vigente dicta que debe existir una distancia mínima de 5 kilómetros entre accesos desde una misma carretera, pero vamos a seguir insistiendo”.
Pero la obra pendiente por antonomansia en Chiclana es, sin duda, la mejora del nudo de Tres Caminos, un cuello de botella que cada verano registra importantes retenciones afectando, no sólo a los chiclaneros, sino a miles de turistas. Su trazado fue aprobado en noviembre de 2014 y cuenta con un presupuesto cercano a los 80 millones de euros, para una actuación que abarca 6,34 kilómetros, en la que se contempla la duplicación de carriles o la reordenación del acceso al polígono Tres Caminos entre otras actuaciones.