viernes, septiembre 29, 2023
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Incertidumbre y esperanza por volver a abrir

Comercio y hostelería esperan la reapertura de sus negocios, y piden ayudas reales para seguir adelante con su actividad

Con incertidumbre y esperanza. Estas son dos de las premisas con las que el comercio considerado no esencial y la hostelería se preparan para un posible levantamiento del cierre de su actividad este próximo sábado, si se mantiene la tasa de incidencia por debajo de los mil casos por cien mil habitantes.

Un comercio y una hostelería que sigue «sin comprender porqué se nos hace responsables del aumento de contagios», según expresa Francisco Javier Díaz, presidente de la plataforma comercial Vive Chiclana, quien destaca que «los comerciantes somos los primeros interesados en ser responsables y cumplir con las normas de seguridad porque lo que nos jugamos es la pervivencia de nuestros negocios. Por eso, en el momento en que volvamos a abrir, seguiremos manteniendo todas las medidas de seguridad necesarias para nuestros clientes y para nosotros mismo».

«El comercio necesita un plan de rescate real durante los próximos 5 años»

En esta misma línea, Vittorio Canu, presidente de la Asociación Chiclanera de Hostelería, afirma que «parece que se ha convertido en costumbre cerrar nuestros negocios cuando empeoran los datos de contagios sin pensar en lo que hay detrás, muchas familias que viven de ellos. Por supuesto que la cuestión sanitaria es primordial, pero también lo es la economía y la necesidad de abrir nuestro establecimientos para poder seguir adelante».

En este sentido, la modista Nila Chávez asegura que «todavía nadie nos ha demostrado porqué un negocio como el mío, en el que entran dos clientas, con todas las medidas de seguridad, es responsable del aumento de contagios. Me gustaría que me explicaran porque unos comercios son responsables y tienen que cerrar y otros en los que entran más personas pueden seguir abiertos».

A este respecto, Francisco Javier Díaz y Vittorio Canu aseguran que «la responsabilidad para que los contagios sean cada vez menores es de toda la sociedad. Todos tenemos que ser responsables en nuestro comportamiento diario. Si no existe esta responsabilidad va a ser muy complicado que esta epidemia se acabe. De lo que sí estamos cansados es de ser considerados los malos de la película».

Una situación que hace que, a juicio del presidente de Vive Chiclana, «sea necesario que todas las administraciones implicadas, comerciantes, hosteleros y empresarios nos sentemos y seamos capaces de poner en marcha un plan de rescate real». Una medida que, añade, «debe tener una duración de cinco años, con una aportación anual de un millón de euros destinados a la mejora y embellecimiento del entorno comercial, Campañas de promoción, difusión y fidelización del comercio y cursos de cualificación del trabajador con actividades de formación, o seminarios.»

Por su parte, el representante de los hosteleros chiclaneros señala que «la ayuda más importante que nos pueden dar es que no nos vuelvan a cerrar las puertas de nuestros negocios. Si es necesario establecer más limitaciones o normas que se pongan las que hagan falta, pero cerrar debería ser el último recurso. Después de esto podemos hablar de ayudas reales tanto del gobierno central como del andaluz o del propio Ayuntamiento, cada uno aportando lo que le corresponda según sus competencias, pero lo primordial es que podamos seguir realizando nuestra actividad y eso pasa por seguir abiertos». Otra cuestión que preocupa a comerciantes y hosteleros es la posibilidad de que tras una semana de apertura se decrete un nuevo cierre. Así Canu señala que «entrar en una dinámica de esta semana abro, la semana que viene cierro y así sucesivamente, solamente puede conducir a que muchos establecimientos decidan cerrar sus puertas y no volver a abrir hasta que la situación se aclare, algo que podría prolongarse hasta principios de verano».

Por su parte, Raúl Ortiz, propietario de la cafetería «Velvet» deja claro que «abrir hoy y cerrar mañana genera incertidumbre en el sector porque no sabemos que ocurrirá en una semana, si estaremos abiertos o no. Con este panorama es imposible pensar en hacer inversiones o poder recuperar trabajadores que han tenido que ir a un ERTE. Cómo vamos a poder tomar decisiones de futuro sin saber si estaremos abiertos o no».Un futuro que, según la opinión de Vittorio Canu, pasa por «esperar que los datos de la enfermedad mejoren lo suficiente para permitir mayor movilidad para los ciudadanos. Sabemos que la Semana Santa hay que darla por perdida y esperamos que de cara al verano la situación sea mejor y podamos vivir uno como el del pasado año».

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