El héroe de Tarifa estuvo muy vinculado con Chiclana, aldea que le fue donada en 1303
Si bien existen ciertas discrepancias historiográficas sobre los orígenes y nacimiento del héroe de Tarifa, Alonso Pérez de Guzmán, “el Bueno” (26 de enero de 1259), nadie pone en duda la fecha de su fallecimiento, que acaeció el 19 de septiembre de 1309 como consecuencia de varias flechas disparadas durante una emboscada en la sierra de Gaucín (Málaga) cuando guerreaba contra los benimerines del general Ozmín, al servicio del rey de Granada.
Mucho antes que esto pasara, en diciembre de 1308, se firmó un pacto en Alcalá de Henares entre las coronas de Castilla y Aragón para poner fin al reino nazarí de Granada. Ambos reinos acordaron comenzar la guerra contra los granadinos antes de finales de junio del siguiente año, sobre el día de San Juan. Tanto Fernando IV (1295-1312) –el mismo que años antes (1303) le había donado a nuestro protagonista la aldea despoblada de Chiclana– como Jaime II (1267-1327), sobre todo este último, convenció al Papa Clemente V (1264-1314) para que participase económicamente en la conquista de Granada prometiéndole, una vez en manos cristianas, que continuarían la guerra hasta Jerusalén. También hubo, con el consentimiento de Fernando IV, contacto para un apoyo militar con el emir de Fe Abu I- Rabi´ para formar una gran alianza.
El rey Fernando IV le entregó la aldea despoblada de Chiclana
Las huestes castellanas salieron de Sevilla en julio de aquel año con el rey Fernando IV, y Pérez de Guzmán a la vanguardia llevando consigo su toda su mesnada –entre parentela y vasallos– llegando ante Algeciras el día 27. Aposentado el Rey en su campamento con el ejército, se decidió el cerco a la ciudad y el ataque sobre Gibraltar. El plan era atacar por el istmo y por mar: de frente y a retaguardia de la ciudad. Juan Núñez de Lara II, el Menor (1276-1315) apoyado por el noble castellano y arzobispo de Sevilla, Fernando Gutiérrez Tello (1249-1323) marcharían por el istmo. Alonso, por mar, –que ya contaba cincuenta años de edad– desembarcó con los suyos. Y trepando tomaron las posiciones más altas de la roca lanzando desde arriba grandes piedras con dos ingenios de artillería –catapultas– que causaron importantes daños a los musulmanes que habitaban la ciudad. A pesar de ello, sus habitantes resistieron el cerco durante todo el mes de agosto hasta que, a comienzos de septiembre, el día 12, los jefes benimerines rindieron la plaza gibraltareña.
Tras su muerte, su cuerpo pasó por Chiclana camino de su entierro
Tomada la ciudad, el Rey ordenó una incursión sobre la sierra de Gaucín y sus alrededores hasta la serranía de Ronda mientras se mantenía el asedio a Algeciras. Salieron Juan Núñez, Fernando Gutiérrez y el héroe de Tarifa a recorrer aquellas tierras del reino de Granada. Este se adelantó –La duquesa de Medina Sidonia, Luisa Isabel Álvarez de Toledo señala que “víctima de un caballo veloz”– y cayó en una emboscada. La historiografía señala, simplemente, que Alonso se adelantó recibiendo varios flechazos. Una carta enviada a Jaime II da cuenta de lo ocurrido en aquel lance: “…embarazándose con ellos e mataron a don Alonso Perez e quatro caballeros con el, e de la otra gente, como yvan en algora, comenzaron a derramar a cada parte e mataron fasta treinta de a caballo e mille omnes a pie”. Así cayó el gran héroe.
Sus restos descansan en el monasterio de San Isidoro del Campo
Cuentan las crónicas que desde el real de Algeciras y pasando por Medina Sidonia y las tierras de Chiclana llevaron hasta Sanlúcar el cuerpo inerte de Alonso Pérez de Guzmán. Embarcado con todos lo honores siguió el cortejo Guadalquivir arriba alcanzando Sevilla donde fue recibido con grandes muestras de duelo. De la capital, cruzando el río llegó a Sevilla la Vieja (Santiponce) para ser sepultado en el monasterio de San Isidoro del Campo. En su tumba se inscribió un epitafio que, según el cronista de la casa ducal de Medina Sidonia, Pedro Barrantes Maldonado, decía: “Aquí yace don Alonso Perez de Guzman que Dios perdone, que fue bienaventurado, é que punó sienpre en servir á Dios é á los reyes, é fue con el muy noble rey don Fernando en la cerca de Algezira, y estando el rey en esta cerca fue a ganar á Gibraltar, é despues que la ganó, entró en cavalgada en la sierra de Gausin, é ovo y fazienda con los moros, é mataronlo en ella viernes diez y nueve dias de setienbre era de mill é trezientos é quarenta é syete años (que fue año del Señor de 1309)”.
Al morir su esposa, María Alonso Coronel (1267-1330), también ella fue enterrada en el monasterio junto a su esposo en un nuevo mausoleo –en el que actualmente descansan los restos de ambos– entre el altar y el coro, al lado del retablo mayor de la iglesia primigenia. Del conjunto destacan las dos estatuas orantes de marido y mujer, una frente a la otra, las dos tallas realizadas en madera policromada por el maestro escultor sevillano Juan Martínez Montañés (1568-1649).