Una treintena de piezas de este artista chiclanero forman parte de la exposición en la que se hace un repaso a su obra
Algo de ello dijimos no hace mucho al referirnos en estas páginas al conjunto de las donaciones -de muy diversa índole- que, a lo largo de sus diez años de vida, han ido nutriendo el Museo y lo hacen crecer. De momento, sin más espacio. Algo así como el Universo, que se expande pero… en ningún sitio, pues no hay espacio fuera de él. Que no hay siquiera fuera, vamos. Y aún así, se expande. Difícil imaginar la cosa más que pensarla.
Pero volvamos a nuestro pequeño universo. Si el Museo comenzó con escasas piezas su andadura -lo que es razonable-, la situación ha cambiado notablemente al respecto. Y muy en gran medida a la generosidad de ya no pocos donantes.
El autor donó hace unos años una colección de 90 obras al Museo
Entre el grupo de éstos, hallamos un subgrupo, el de aquellos creadores que han donado al Museo su propia obra, tales son los casos, entre otros, de Daniel Gil Martín, reconocido grabador; de Eduardo Martínez, artista isleño especialmente comprometido con el Museo de nuestra ciudad; o de Moraldi, quien hace un tiempo hizo donación de una muestra amplia y representativa del conjunto su obra al Museo de Chiclana, un total de noventa obras de las que, en exposición temporal recientemente inaugurada, mostramos ahora, y hasta el 30 de mayo, una treintena.
Moraldi es un artista que busca en su obra asumir riesgos y evolucionar
Hace años -tantos que, entonces, se llamaba Juan Antonio González- que disfrutamos en nuestra ciudad del talento de Moraldi y se su incansable trabajo. Autor de una obra prolífica que hemos visto ir -la evolución es un concepto complicado y equívoco cuando a las artes se aplica- de una figuración harto evidente a una abstracción absoluta -no se puede ser abstracto a medias como algunos pretenden- pasando, a modo de largo periodo intermedio, por una remota figuración que, para quienes buscaban en la pintura concreta