Desde el pasado 15 de julio, es obligatorio el uso de las mascarillas en todo el territorio andaluz. Una medida lógica ante la aparición de rebrotes que se han producido tras levantarse el Estado de Alarma el pasado 21 de junio y que, de descontrolarse, obligaría a tener que adoptar medidas de confinamiento.
Por ello, no deja de ser sorprendente y lamentable que la Policía Local de Chiclana haya interpuesto 114 denuncias en los primeros cinco de días de vigencia de esta obligatoriedad. Más de 20 denuncias al día.
Aunque la inmensa mayoría de la sociedad chiclanera ha dado sobradas muestras durante toda esta crisis sanitaria de su voluntad de respetar y cumplir las normas sanitarias para evitar en todo lo posible la propagación del Covid-19, hay una pequeña minoría que sigue considerando a estas alturas que cumplir o no con lo dispuesto por las autoridades depende de si le conviene o no.
Hasta que no haya una vacuna eficaz, la única opción es cumplir con la trilogía mascarillas, distancia e higiene
Chiclana, como el conjunto de la provincia de Cádiz, ha tenido unas cifras de contagio relativamente moderadas. Un elemento que ha servido para avanzar y poder disfrutar hoy en día de una situación radicalmente distinta a la vivida meses atrás. Todos estos avances, mayor libertad, recuperación de la economía y más empleo, podrían desaparecer por el comportamiento incívico, irresponsable e insolidario de quienes siguen alegando cualquier excusa para no utilizar correctamente la mascarilla y mantener la distancia de seguridad para evitar nuevos contagios.
Toda la comunidad científica lleva advirtiendo que la crisis del coronavirus sigue vigente y que volverá. Con qué efectos, dependerá en gran parte de cada uno de nosotros.
Porque, hay que insistir, mientras no haya una vacuna eficaz contra esta enfermedad, lo único que podemos hacer es cumplir con la trilogía mascarillas, distancia e higiene.