El Museo de Chiclana ha rendido homenaje a esta matrona que ejerció en Chiclana
Hoy se celebra el Día Mundial de las Matronas. Desde hace más de quince mil millones años acontece la historia más bella del planeta Tierra; una historia que une el universo y el ser humano en una larga evolución hasta nuestros días: el milagro de la vida. De ahí el título de la exposición que acabamos de clausurar en el Museo de la ciudad titulada, “La fuerza de la vida”. Porque trata de la vida, y de una mujer íntimamente relacionada con el milagro de dar vida, de “alumbrar” a la vida nuevos seres humanos: Rosalía Robles Cerdán, matrona y chiclanera de adopción.
Alguien dijo una vez que la historia reconstruye, la memoria conserva y el olvido destruye. Rosalía Robles como otras innumerables matronas o “comadronas” fueron olvidadas en la historia social de pueblos y ciudades. Solo unas pocas han tenido el honor de haber sido reconocidas. Mujeres que ayudaron a otras a parir sus hijos con dolor allá en los albores del siglo XX o en los difíciles tiempos históricos que les tocó vivir ya bien entrado el siglo, durante la guerra y la posguerra. Matronas como Rosalía que tomaron parte, que fueron la avanzadilla en la mejora de las condiciones de salud de las mujeres embarazadas, tanto en fase puerperal como en el cuidado y alimentación del recién nacido. Fiel defensora de lactancia materna. Así fue Rosalía, una matrona –y mujer– adelantada a su tiempo, y a pesar de ello ha sido hasta ahora bien poco desconocida en nosotros. Hoy, felizmente, rescatada del olvido por dos hermanos investigadores sevillanos, Antonio Claret y Manuel García Martínez; doctor en Historia el primero y enfermero, matrono y doctor en Antropología el segundo, han logrado a lo largo de muchos años de investigación hacer visible la figura y obra de esta mujer excepcional.
Rosalía Robles fue matrona titular del Ayuntamiento desde 1907 a 1916
Nació Rosalía en la vecina ciudad de San Fernando el 9 de abril de 1872, en un humilde hogar que apenas pudo compartir con sus padres y hermana Dolores, pues ambos progenitores fallecieron cuando eran pequeñas. Así, huérfana, se trasladó a vivir a Cádiz con una tía materna, Carmen Cerdán Iquino. Ella misma se hizo cargo de la educación de la niña, gracias a su amplia formación y cultura, pues con doce años aún no sabía leer y escribir. Una parte de su juventud la pasó en Chiclana regentando una fonda, y con 20 años, en 1892, contrajo matrimonio, pero enviudó prematuramente, sin hijos. Ante un nuevo y difícil avatar “daría un giro fundamental en su vida, replanteándose su futuro y decidiendo estudiar la carrera de matrona, en la que destacaría con una vitalidad e imaginación desbordante”, señalan sus biógrafos, los hermanos García Martínez. Unos años más tarde –a principios del siglo XX– ingresa como estudiante en la Facultad de Medicina de Cádiz. Terminado sus estudios obtiene el título de profesora de partos expedido por el ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, que es registrado en la Universidad de Sevilla, el 28 de julio de 1903.
Hoy, 5 de mayo, se celebra el Día Internacional de las matronas
En nuestra ciudad, presumiblemente, comenzó a ejercer su nueva profesión de forma particular. Su dedicación y entrega la hará acreedora del aprecio y consideración de las innumerables familias chiclaneras a las que atendía como matrona y puericultora. El 27 de diciembre de 1907 obtiene la plaza de matrona titular de la Beneficencia municipal de Chiclana socorriendo a partir de esa fecha a las mujeres embarazadas y neonatos de las clases más desfavorecidas.
En 1909 hallamos a Rosalía, con 36 años, viviendo junto con su tía Carmen, de 69 años de edad, en el barrio de San Alejandro de nuestra ciudad, concretamente en la calle de Riso –actual Constitución– número 9. Siguía ejerciendo como matrona e higienista modificando y mejorando las costumbres socio-sanitarias de las mujeres de la ciudad –muchas de ellas– desconocedoras de la importancia de la higiene, alimentación y cuidado de los recién nacidos. Su incansable espíritu de superación, sus avanzadas ideas en la profesión y su defensa de la mujer en la sociedad desigual de aquellos primeros años del siglo XX, hicieron de Rosalía una mujer fundamental para alcanzar la igualdad necesaria. Ejerció en nuestra ciudad hasta el 9 de febrero de 1916 cuando determinó trasladarse a Sevilla y poder desarrollar nuevas ideas en su profesión.
En Sevilla intuimos que, de la misma manera que en Chiclana, ejerció de forma privada o en instituciones particulares. En octubre de 1918 es nombrada matrona del Ayuntamiento de Sevilla comenzando su labor en el Instituto Municipal de Maternidad y Puericultura. Entretanto escribe artículos, participa en diversos congresos y, funda y preside el Colegio Oficial de matronas de Sevilla y su provincia. Asimismo, fundó y dirigió la revista “La matrona hispalense”. Tras una incansable labor como matrona, se jubiló en febrero de 1939 y falleció en la capital hispalense, el 14 de noviembre de 1941.