Desde el pasado mes de agosto, Chiclana ve como la incidencia de la pandemia del coronavirus se difumina paulatinamente, como lo pone de evidencia datos como el progresivo descenso en el número de nuevos contagios y, sobre todo, el camino descendente de la tasa de incidencia, 14,1 casos por cien mil habitantes en los últimos catorce días y que sitúa a la localidad en la normalidad, registrados ayer.
Un retroceso que cobra especial relevancia si tenemos presente que la ciudad ha vivido uno de los mejores veranos de su historia reciente, con cifras de visitantes que han triplicado la población censada.
Chiclaneros y visitantes han mostrado responsabilidad para lograr una evolución positiva de la pandemia
De estos días en que diariamente hemos podido ver cómo disminuían los datos sobre la enfermedad, se pueden extraer algunas conclusiones. La primera de ellas es que el turismo no contagia. Tampoco la hostelería o el comercio. La segunda es que las vacunas son efectivas. Con playas llenas, con establecimientos de hostelería abarrotados y con un comercio a rebosar, la propagación de la epidemia ha ido en constante retroceso. Cabe suponer que lo que contagia, lo que permite al Covid-19 avanzar, porque sigue estando acechando, es la irresponsabilidad.
Afortunadamente, chiclaneros y visitantes han dado muestra estas últimas semanas de civismo, responsabilidad y compromiso para evitar nuevos contagios. Un comportamiento que, junto a las buenas cifras de vacunados, hace que sea de justicia felicitar y dar las gracias a todos los que han hecho posible estos buenos datos.