viernes, marzo 29, 2024
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500 años sin/con Rafael

La Exposición “500 años sin/con Rafael” se ha concebido de manera especialmente didáctica como homenaje al pintor y arquitecto italiano del Renacimiento Rafael Sanzio

Intentamos que las Exposiciones Temporales del Museo de Chiclana traten de asuntos variopintos, de manera que no haya prácticamente nadie a quien, por una razón u otra, no haya alguna que más o menos le concierna o interese y le hagan, en consecuencia, venir al o regresar al Museo.

Con un año de antelación al menos -a veces, con más tiempo incluso-, vamos pensando posibilidades o recogiendo sugerencias que desde fuera nos llegan para ir armando las propuestas expositivas del año. Y aunque hay exposiciones que se eligen igual que se podrían haber decidido otras en su lugar, a hay algunas que casi vienen dadas por el calendario cultural mismo.

La obra de Rafael logró alcanzar la más alta cima del Renacimiento

Este año, la agenda cultural venía marcada por ciertas efemérides que no podíamos -no debíamos- pasar por alto. El año Beethoven, por ejemplo; el año Bécquer, que también; el año Rafael, entre otras. Pero como atender a todo no resulta siempre posible, de lo pensable y deseable aterrizamos en la factible, y una de las exposiciones la dedicamos al V Centenario de la Muerte de Rafael.

¿De Raphael?, preguntó alguien sorprendido y no disgustado. No, hombre, no. De Rafael Sanzio, el de Urbino, que murió en Roma -donde se ocupaba de la decoración de las estancias vaticanas- con sólo treinta y siete años. Edad, en él, más que suficiente para haber alcanzado la más alta cima del más bello Renacimiento italiano.

La muestra ocupa la Sala 2 de Exposiciones Temporales

 La Exposición que, bajo el título “500 años sin/con Rafael”, ofrecemos al público y que ocupará, en la planta baja del Museo, durante tres meses la Sala 2 de Exposiciones Temporales, se ha concebido de manera especialmente didáctica. A tal fin, se ha dividido en dos partes bien diferenciadas. Por un lado, lo que podríamos denominar -con mayor o menor justeza- la obra de caballete (con frecuencia -aunque ni mucho menos siempre- la de mayor intervención directa del maestro de Urbino); por otro, su obra mural, la que acaparó la mayor parte de sus últimos años y esfuerzos.La pintura de caballete (obras que mayormente realizó sobre tabla y más ocasionalmente sobre lienzo) la presentamos en copias tanto antiguas -siglo XIX sobre todo- como actuales y secuenciadas, atendiendo a la composición de figuras, de menor a mayor complejidad compositiva, de modo que, empezando por retratos individuales, rematamos la cosa con “Los desposorios de la Virgen”, obra que ya casi nos prepara para acercarnos a los grandes frescos de las logias o estancias del Vaticano que antes mencionábamos.

La mayor parte de sus trabajos están alojados en los Museos Vaticanos

Esta parte de su portentosa obra -aunque conviene recordar que Rafael es un taller (con nombres de primera como, entre otros, Julio Romano), una factoría antes de Warhol, una marca que podríamos también decir- se muestra al visitante en interesantes grabados originales del siglo XVI al XIX, que muestran la variedad de asuntos de estas obras donde se entreveran temas paganos -mitología, filosofía,…- con asuntos de inspiración netamente cristiana o referidos a la Historia misma de la Iglesia -desde la lapidación del protomárir, hasta el triunfo anunciado en la visión de Constantino-.

El mismo Rafael, teniendo por obra suya mayor esta parte ambiciosa de su obra, se ocupó directamente de la difusión de la misma a través del grabado, pues atada necesariamente al muro difícilmente podía de otro modo difundirse.

También en grabados, esa otra obra suya vinculada -pero menos- al muro, los cartones para los tapices que habrían de ocupar los bajos de la Capilla Sixtina en ocasiones de especial solemnidad. Tapices -los adquiridos por Felipe II- que se exponen en el Palacio Real de Madrid estos días, con motivo de la referida conmemoración.

De la popularidad de la obra de Rafael, hablan la Madonna Sixtina -obra en que aparece los infinitamente reproducidos angelitos suyos- o los trabajos de Cruz de Consuelo Ruiz.
Quinientos años. Su obra entre nosotros. Nuestro humilde homenaje. Nuestra gratitud.

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