jueves, marzo 28, 2024
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Chiclana busca reactivarse

La crisis económica y social que deja esta pandemia va a suponer un desafío sin parangón para una ciudad que necesita reponerse con rapidez

El estado de alarma decretado por el Gobierno como consecuencia del coronavirus, ha creado una situación inimaginable en cualquier contexto. Es una crisis sanitaria global con decenas de miles de fallecidos, millones de enfermos, países con sus ciudadanos confinados y una permanente sensación de incredulidad. Además, hay que contemplar los efectos inevitables de este escenario: aumento histórico del paro, disminución dramática de la actividad empresarial, hibernación provisional de la económica y una situación social que será insostenible sin apoyos claros a las familias y soluciones que aceleren la vuelta a la normalidad. Si es que alguna vez, después de esto, la normalidad se entenderá por lo que teníamos. En la provincia de Cádiz, según la patronal, más de la mitad de las empresas se han visto obligadas a cerrar y una de cada dos, han perdido más del 80 por ciento de su facturación. En nuestro país, más de 3.000.000 de trabajadores han sido incluidos en un ERTE. Hasta el 10 de mayo, la mayoría no percibirá la compensación económica por este motivo, en cualquier caso, el 70% de su base salarial.

Será fruto de un gran esfuerzo pero saldremos antes que otras ciudades

El impacto de la Covid-19 supone, indiscutiblemente, un punto de inflexión para el mundo. Nuestra fragilidad ha quedado al descubierto de una forma vergonzante. No importa los avances tecnológicos, el desarrollo económico, los descubrimientos en biomedicina, genética, física, química o biología. Hay una conclusión clara: somos débiles, absolutamente vulnerables. Aun así, hay que pensar en la salida. Un camino que ya se ha empezado a recorrer planteando determinados acuerdos municipales con empresarios, hosteleros y comerciantes. Parece claro que un porcentaje de empresas y sobre todo del pequeño comercio no podrán superar esta situación porque ya no venían sobrados desde la última crisis económica.

La debilidad financiera de las empresas y comercios es un gran handicap

La mayoría de las pymes y autónomos viven “al día”, con una capacitad de aguante con liquidez sin ingresos que muchos estudios cifran en no más de un mes. Estructuras muy débiles que ya vienen aflorando con la selección de proveedores a los que pagar, ante la imposibilidad de atender a todos los compromisos. A esto se suma la poca capacidad para acceder al mercado crediticio, aunque se hayan puesto en marcha líneas auspiciadas por el Gobierno como los préstamos avalados por el ICO. El ayuntamiento se ha comprometido con todos los sectores económicos y con las familias. Ello le va a llevar a un nivel de endeudamiento que costará muchos años equilibrar. Para las pymes será más difícil dotarse de liquidez porque el mercado crediticio sigue siendo complejo para el perfil mayoritario del empresariado local. El turismo deberá tirar del carro.

Los alquileres vacacionales tendrán que bajar de precio y aun así, perderán ocupación. Las empresas hoteleras que dan el año por perdido en otras regiones, aquí discurren entre escenarios que reactivarían la demanda con promociones y la intención de salvar parte del ejercicio. Dejarían la ocupación, según algunas de las cadenas consultadas, entre 35 y 45 puntos por debajo de las cifras del año pasado, dependiendo de las aperturas, limitaciones de aforo, …etc. Está claro que cuando esto termine, después del confinamiento, la gente va a tener ganas de disfrutar de la playa y la calle podría convertirse en un espacio de reencuentro psicológicamente necesario.

El turismo estará más débil pero seguirá siendo la mejor baza de Chiclana

Cuándo se podrán reabrir los negocios es una incógnita, como lo es qué tipo de reacción hacia ellos tendrán los clientes. Más allá de determinados calendarios que circulan sin sustento oficial, aquí sólo tenemos dos cosas claras: que no va a ser nada fácil y que vamos a salir de esta. Esta ciudad es fuerte, se rebela ante los obstáculos, es emprendedora, tiene todos los recursos de entorno, infraestructuras y de capital humano como para partir en mejor situación que la mayoría de los destinos de nuestro país.

Administraciones y empresas juegan el papel de sus vidas

Para la salida de esta situación, irremediablemente, hay que fijar la mirada en dos actores absolutamente necesarios: las administraciones y las empresas. Hay que reclamar de las administraciones, política con mayúsculas. No es momento de batallas o reproches. Queda mucho para las próximas elecciones y el supuesto rédito al que absurdamente aspiren algunos, se disipará en ese tiempo. Esta semana la portavoz socialista, Cándida Verdier, solicitaba altura de miras y colaboración a la oposición. Parece que hay una buena disposición. De la imagen que den nuestros gobernantes, dependerá en parte, la actitud de los ciudadanos. Este es un espacio que constituye un auténtico desafío para nuestra sociedad. Solo se admiten manos a sumar. A las empresas hay que pedirles, compromiso, capacidad creativa e impulsora para minimizar daños e impulsar estrategias de futuro que redunden en proyectar riqueza y volver a generar empleo. A pesar de ello, nadie puede abstraerse. Esto no ha ocurrido nunca y aquí habrá numerosos errores y fracasos. Caminaremos a tientas en más ocasiones de las debidas, pero lo importante es llegar al destino con buena salud, nunca mejor dicho.

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