jueves, septiembre 28, 2023
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Gozos y sombras

Dicen, queridos lectores, que las alegrías van por barrios, y está claro que la conocida como «desescalada» de la actual crisis producida por el COVID-19 va a ser efectivamente eso gozos para unos y sombras para el resto.

El Gobierno de la Junta propone que desayunemos en menos de media hora, que no comamos en más de hora y media y que las personas puedan ocupar los espacios públicos en función de su edad, estableciendo un estricto horario.

Así, los mayores ocuparían el tramo de la mañana, en la actualidad solo en uso por las personas que madrugan para acudir a su puesto de trabajo, si es de los considerados esenciales, y de algún progenitor que acompañado por su prole pasee plácidamente por las calles de Chiclana.

Y pasa que no podrán coincidir personas mayores y niños, que solo podrían transitar por las calles en horarios vespertinos. Con este respecto, y tratando la primera medida adoptada por el gobierno de Sánchez para la deseada vuelta a la normalidad, les diré que estoy realmente pasmado con el revuelo que ha creado que los niños paseen con sus padres.

Aquí en Chiclana, dada la horizontalidad del término, apenas ha habido grandes confluencias de personas el primero de estos días, si acaso algún desaprensivo que ha aprovechado para ir a visitar a la familia, a los primos y demás. Pero claro, imaginen una población como la de Cádiz, con una gran densidad de personas reunidas en apenas unos metros, ¿acaso esperaban ustedes algo más de metro y medio entre niño y niño?. Ya estamos con lo de criticar por criticar.

También me ha sorprendido la de jóvenes que tildaban a los «padres», así en general, de boicotear el siguiente paso de su esperada libertad, y claro, me ha llamado profundamente la atención esta falta de empatía con los menores, quizás los que menos recursos tienen para entender lo que está pasando.

Y hablando de responsabilidad, yo también salí acompañado de mi hijo a dar un paseo, de casa al Ayuntamiento, cumpliendo estrictamente con lo ordenado y ¡oh, sorpresa! ¿qué me encontré por el camino?. Pues una ingente cantidad de deposiciones de perro. Se ve que algunos, y repito algunos de los dueños, aprovechando la laxitud del momento han decidido que, puesto que nadie les ve, no tienen la obligación de recoger lo que sus canes dejan en la vía. Pues muy mal, porque me consta que la caca de perro no deja de ser un problema de higiene en las calles. Sigan aguantando, que lo están haciendo medio bien.

Félix Alonso del Real

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