La muestra “Guzmán El Bueno: Historia e imagen de un héroe medieval” estará abierta al público hasta el próximo 8 de diciembre
Extraños han sido los últimos tiempos. Tiempo de ausencias que nos llevaron a plantear de otro modo la programación expositiva. Pienso, sobre todo, en esos grupos de escolares, desde los más pequeños a los mayores, que no sólo llenaban con su presencia nuestras salas, sino que, con ella, dotaba de sentido nuestro trabajos, sobre todo ese trabajo nuestro más oculto y silencioso de horas y horas de estudio, de concepción y diseño de las exposiciones que el montaje último remata.
Se les echa de menos, sí, y mucho. Porque, además, no pocas exposiciones temporales han sido concebida expresamente para ellos, ya sea por las posibilidades didácticas de las obras en sí, ya sea por la presentación intencionalmente didáctica que de ellas hacemos para adecuarlas a los intereses del público estudiantil. Pienso, a este respecto, en algunas tan dispares como “Ecos de una vida cotidiana”, en “Manent” o en “Valores andaluces”, por citar algunos de los que con más frecuencia recordamos en el Museo cuando hemos vuelto a plantearnos, tras los peores meses del virus, la posibilidad de contar de nuevo con el alumnado de Chiclana -incluso de fuera- y con la siempre grata complicidad del profesorado.
Guzmán El Bueno está estrechamente vinculado con la historia de Chiclana
Por eso, con el arranque del curso, hemos decido plantear para este primer trimestre una serie de Exposiciones Temporales que incluyan algunas de carácter eminentemente didáctico; exposiciones que, aun dirigidas al público en general, tenga a los estudiantes como principales destinatarios.
Así, ofreceremos, aparte otras varias, una sobre el Barroco para el mes de diciembre -asunto que algunos grupos escolares tendrán, si no en la sopa, seguramente en el temario de este curso- y otra, recientemente inaugurada, que gira en torno a la figura de Guzmán El Bueno, personaje al que los revisionismos no han expulsado aún de las aulas; personaje, además, estrechamente vinculado a la Historia de Chiclana, pues no olvidemos que de 1303 data la población estable en nuestra tierra, ya que en ese año se hizo entrega a Alonso Pérez de Guzmán de la villa yerma y despoblada que era ésta nuestra en aquellos tiempos de inquietas fronteras.
“Guzmán El Bueno, historia e Imagen de un héroe medieval” se presenta en, muy adecuadamente, dos salas que respectivamente recogen los dos núcleos bien diferenciados sobre los que la panelería y las piezas de esta exposición gravitan. Por un lado, una primera sala dedicada al presentar la figura del protagonista de la misma como protagonista mismo de la Historia, uno de sus nombres descollantes; presentación que, como no puede aquí ser de otra manera, se plantea en su correspondiente contexto: un Guzmán el Bueno hecho por la Historia, una Historia que, a su vez, también Guzmán el bueno escribe.
Y ya que de escribir hablamos, precisamente con la escritura comienza la segunda sala, una sala dedicada a la imagen de este héroe del medievo. Una imagen que arranca con la que de Guzmán da la literatura a lo largo de siglos en la que la historia y la leyenda se entretejen hasta hacerlo llegar aún palpitante hasta orilla misma de nuestros días. Tras su imagen literaria, Guzmán el Bueno en las artes plásticas -pintura, escultura,…- y su presencia -imagen divulgativa y entrañable- en objetos curiosos y dispares -azucarillos, recortables, sellos, etc…-.
Todo ello -paneles y piezas- para desglosar e ilustrar la vida y empresas de este ilustre leonés del que, muy citado, apenas conocemos la anécdota mil veces referida, anécdota que, por su capacidad de retratar, trasciende con creces lo anecdótico, pero que eclipsa, con la luz que sobre él arroja, otras muchas cosas dignas de mención y de memoria.
Historia de un héroe. Imagen de un héroe. Historia e imagen de toda una época o épica también.