Es de todos conocido que la razón histórica de que el templo de Hércules fuera erigido junto a la costa de Chiclana no era otra que conmemorar que el famoso dios griego concluyera los 12 trabajos encargo de Euristeo, que ya le anunciaran durante su visita al Oráculo de Delfos, junto a la playa de Lavaculos.
Pues sí, queridos lectores, al buen héroe no le quedó otra que venir a nuestra localidad, ni más ni menos que para hacerse cargo de una grotesca criatura, el Can Cerbero, o el perro Cerbero, como le quieran ustedes nombrar. Este ser de tres cabezas, que cuidaba la puerta del dios Hades, acabó dejándose capturar, en unos textos dicen que por las buenas, en otros cuentan que se llevó una somanta de palos.
Podríamos decir que con este ilustre episodio comienza la historia de nuestra localidad con sus mascotas.
Está claro que este relato ha ido cambiando mucho con el paso del tiempo y, si antes era común señalar como “vida perra” a una vida llena de calamidades, como las que pasaban los animalitos, pobres, ahora la “vida perra” es gozosa y llena de cuidados.
Muchas de nuestras mascotas viven mucho mejor que la mayoría de los humanos hoy en día. No me parece mal, la verdad, esta podría ser otra de esas bromas del destino que nos hace nacer de manera aleatoria en un lugar del mundo y otro, con las pertinentes consecuencias. Así, en otras latitudes a nadie se le ocurriría otorgar la cantidad de cuidados y privilegios que tienen nuestras mascotas.
Decía el buen Gandhi que “la grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la forma en que sus animales son tratados” y no se equivocaba. Aquí en Chiclana damos cada día un paso más al respecto. Prueba de ello es el éxito que tiene el parque canino que se sitúa en el también parque Federica Montseny, junto al puente del VII Centenario. Podríamos decir que este espacio se ha convertido en un lugar de encuentro no solo de canes, también de sus dueños, que disfrutan de un precioso entorno en el que mascotas y propietarios conversan amablemente.
Sobre la singular relación que hemos establecido con nuestros perros, y también gatos, les recuerdo que recientemente se modificaba el Código Civil para incluir cuestiones acerca del cuidado de los animales cuando una pareja se separa.
Así, un juez podría disponer en una separación qué cónyuge se hace responsable del animal, los periodos de visitas, incluso podría establecer una manutención.
Querido Gandhi, no se cuán próspera es nuestra ciudad, pero con su vara de medir podemos presumir de ser moralmente intachables.