El Museo de Chiclana va poco a poco ampliando su espacio expositivo, creando nuevas zonas donde poder mostrar al público diferentes piezas artísticas nunca antes expuestas
El Museo de Chiclana va poco a poco ampliando su espacio expositivo de los modos más diversos. A veces, por ejemplo, anulando ciertos paneles o ventanales de vidrio que, dejando pasar la luz del sol, tan nocivos resultan para las piezas. Así es como hemos creado un nuevo “rincón” en el Museo, un rincón expositivo que viene a ampliar, sin alterar el hilo discursivo originario, la Exposición Permanente con nuevos fondos propios -adquiridos o donados en los últimos años- nunca antes expuestos en ella. Y qué mejor sitio que esta sección aquí para hablar del asunto. Vayamos por partes.
Desde que el abrió el Museo sus puertas, la imagen de Julio César ante la estatua de Alejandro Magno ha estado presente en él, aunque -eso sí- impresa sobre una lona en uno de los patios de luz. Pero ahí estaba. Y está. La imagen reproduce una pintura de José Morillo Ferradas realizada a finales del XIX y actualmente expuesta en el Museo Provincial de Cádiz. Nosotros, dentro de nuestras posibilidades -siempre humildes- nos pusimos a rastrear. Y el rastreo, claro, lleva su tiempo.
La imagen de Julio César ante Alejandro Magno siempre ha estado en el Museo
Mientras buscábamos, dimos con otra pieza. Otra pieza que, en cierto modo, tenía que ver no poco con la antes mencionada. Se trataba de un grabado que recogía la misma escena. Julio César ante la estatua de Alejandro en el templo -¿gaditano?, ¿chiclanero?- de Hércules. El grabado había sido realizado no mucho tiempo atrás por el artista isleño Eduardo Martínez: Lo encontramos por internet y, como no era cosa cara -¡ni para nosotros!- le echamos el guante convencidos de que algún día -dada la presencia del héroe clásico (Hércules o Heracles, que tanto montan) en nuestro imaginario popular- le llegaría el momento de su lugar en la Permanente.
Dibujos, cuadros y grabados enriquecen los fondos del Museo de Chiclana
No se trataba de un grabado realizado a partir de la obra de Morillo, sino a partir de una pintura que, sobre el mismo asunto, había realizado en el mismo tiempo Federico Godoy. Y es que, en 1894 la academia de Bellas artes de Cádiz había convocado un concurso en el que a los artistas participantes le era dado el tema: la visita de César al templo de Hércules, que algunos -otros no- sitúan en ese islote de Sanci Petri donde al anochecer se recoge el sol de La Barrosa. De ahí que por aquí hallamos dicho u oído durante años “el castillo de Hércules” en referencia a la construcción defensiva que se encuentra en el islote.
Al concurso se presentó se presentó Morillo. Pero también Federico Godoy. En la versión que del tema hizo Godoy se basó el grabado de Martínez. Cuando éste se enteró de la compra que de su grabado hicimos, generoso -como suele- regaló a nuestro Museo la plancha original con, además, bella dedicatoria.
Los nuevos espacios amplían la exposición permanente
Nosotros, mientras tanto, seguíamos buscando, y la perseverancia dio su fruto cuando en Aranda del Duero dimos con lo que parecía ser una copia del original de Murillo -con marco que de por sí ya era una pieza también- y de prácticamente la misma antigüedad, que algunos peritos en la materia estiman incluso posible boceto más que copia. Sea lo que fuere, la cosa es que habíamos logrado pasar de la lona impresa al lienzo pintado y de época, reuniendo, además, las versiones de Morillo y Godoy en nuestra colección y en nuestro espacio.
La sala 2 se hace eco de la visita que realizó Julio César al Templo de Hércules
Faltaba buscarles un lugar donde pudiera disfrutar de las piezas el público, y fue así como, dándole vueltas a la cosa, creamos en la Sala 2 de la Exposición Permanente un nuevo espacio expositivo. Pues aunque se trata de obras que remiten a la pintura historicista -en sus últimas boqueadas- del XIX , ambas se hacen eco de aquel viaje de César por estas tierras donde, visitando el Templo de Hércules, se encontró frente a la estatua de Alejandro Magno y lloró al recordar que, con su edad, Alejandro había creado un Imperio y él, todavía, nada, a pesar de que el sueño descifrado de César auguraba éxitos. De estas cosas nos hablaron Suetonio y Dión Casio. A ellas se refiere a partir ya mismo también nuestro Museo. Un nuevo rincón. El de las fotos.