Desde hace años, el Museo pone a disposición de diferentes entidades, como cofradías y hermandades, sus espacios expositivos para poder mostrar al público una parte de su amplio patrimonio artístico
Distinguimos, entre las Exposiciones Temporales del Museo, las que desde el propio Museo concebimos y diseñamos y las que, a propuesta de otras entidades o personas acogemos en nuestras instalaciones.
Entre un tipo de exposiciones y otro, algo más híbrido también, una flexible colaboración entre quienes proponen y quienes acogen.
El Museo está abierto a la colaboración con distintas entidades
De estas exposiciones que nos llegan ya prácticamente elaboradas, podemos recordar -y hay muchas más- algunas: “Ellas pintan”, “Del Greco a Picasso”, “La Sábana Santa”, “A tu salud”, “Rostros de la memoria”, “El retorno del fenicio” o “Todo es de color”. Exposiciones que, a veces, tienen un marcado carácter artístico y que, otras veces, no.
Dentro del conjunto de estas exposiciones que el Museo acoge, hay una serie que tiene, organice quien organice, un común denominador que las agrupa y les da cierta unidad.
Desde hace años, el Museo pone a disposición del colectivo que las organiza -y previa solicitud por parte del mismo- sus espacios expositivos. Nos referimos a las cofradías o hermandades así como a jóvenes asociaciones parroquiales. Pocas agrupaciones, por cierto, generan -y para disfrute general- semejante patrimonio artístico en nuestra localidad, ya que, sin tratarse de “colecciones públicas”, no se trata, sin más, de “colecciones privadas”.
Las cofradías y hermandades participan en la actividad cultural
En esta línea de colaboración con esas “agrupaciones” cabe situar la última propuesta -casi penúltima ya cuando estas líneas vean la luz- que, al respecto, presentamos el pasado mes de enero: “Diez años de devoción”, exposición con la que la Hermandad de Amor ofrece al público un repaso de sus diez años de vida y en la que, aparte documentos varios, se muestran obras de arte y artesanía varias: escultura, orfebrería, bordado, pintura, fotografía artística, etc…
Así, la Hermandad del Amor ha venido a sumarse, con motivo de la efemérides mencionada, a esas entregas que, desde hace unos años, viene ofreciendo, con perseverancia, el colectivo parroquial de la Divina Pastora. Algunas de estas entregas, especialmente memorables, como aquella exquisita exposición de 2019 gracias a la cual , bajo el título “Y se hizo carne. El Niño Jesús en la imaginería andaluza”, tuvimos ocasión de contemplar una muestra de una de las mejores -y mayores- colecciones de Niños Jesús Pasionarios de Andalucía, muchos de ellos realizados por imagineros y escultores de primera. Piezas magistrales y únicas procedentes de Sevilla que aún permanecen en la retina de cuantas personas tuvieron la fortuna de verlas aquí en Chiclana.
Estas exposiciones permiten dar a conocer piezas únicas en su género
También organizada por la misma asociación parroquial y de gratísimo recuerdo “Y habitó entre nosotros. Devociones Particulares”, un par de exposiciones -pues dos entregas tuvo en la que se mostraban reunidas y por primera vez al público piezas que, aspecto decorativo al margen, se encuentran al servicio de la devoción particular en domicilios privados de nuestra ciudad. Otro patrimonio -arte y artesanía también en este caso- presente pero generalmente oculto. Ocasiones únicas, pues.
El arte sacro está muy presente en las exposiciones temporales
Mientras “10 años de devoción” continúa -con éxito de público pese a las consabidas restricciones coyunturales- abierta al público, los miembros de la Divina Pastora ultiman ya la reunión de piezas para la exposición que este año proponen y ofrecen: una interesantísima muestra exclusivamente gaditana en la que -sin olvidar una mención a los grandes maestros de nuestra tierra- podremos contemplar la obra de imaginería que aquí y ahora se está realizado.
Otra ocasión única. Ya les diremos.