Ecos, aquí, del Prado

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El segundo centenario del Museo del Prado se reflejó en el Museo de Chiclana

El acontecimiento museístico del año pasado fue, sin duda, el segundo centenario del Museo del Prado. Atentos, como solemos, a las efemérides, no quisimos pasar por alto la cosa en el Museo de Chiclana, y le dimos, en la medida en que la mayor flexibilidad de las Exposiciones Temporales lo posibilitan, un lugar notable en nuestra programación con el ciclo expositivo “Ecos del Prado”.

“Ecos del Prado” supone, en sus tres entregas -“La copia, magisterio y difusión”, “Las Colecciones reales en los grabados del XVIII” y “El Prado recreado”-, un intento de comprensión de la pinacoteca madrileña en el contexto ilustrado en que surge, donde el museo era concebido como un ámbito más de formación para el especialista o, en general, para la educación del pueblo.

Las dos primeras exposiciones nos llevaban a reflexionar sobre el papel que la copia desempeñaba en la formación del artista. Este magisterio continúa vigente y las obras del Museo siguen sirviendo de inspiración para multitud de artistas actuales. Los temas de las obras, las paletas o procedimientos de los grandes, etc… siguen alimentando a los actuales creadores. Artistas de nuestra localidad, así como de toda la provincia -y de más allá-, han cedido sus obras de modo que, reunidas, subrayen la influencia de los maestros del Prado en las nuevas generaciones. El hecho de que “El Prado recreado” sea una muestra colectiva evidencia que la aproximación a los grandes, que tanto enriquece, en absoluto resta creatividad ni sello propio a cuantos a ellos se acercan y de ellos se nutren.

“El jardín de las delicias” del Bosco a través de la mirada de Agu Ariza; los “Esopo” y “Menipo” de Velázquez actualizados, paridad incluida, como “Leucipo” y “Téano” por Eduardo Martínez; la inmersión del lenguaje de José Luis Díaz de la Torre, con su “En la fragua de Vulcano”, en el cromatismo de Velázquez; la abstracción del “Sudario” de Jesús Salado que a tantos sudarios de Zurbarán, El Greco, etc… La reflexión de Pepe Palacios sobre la muerte que somos –que nos habita más que nos aguarda- en “El hábito no hace al monje”, evocadora del Barroco en los nombres de, entre otros, Zurbarán o Carducho; las Meninas de Antonio Vela, Juan Antonio Lobado, Pedro Leal, Daniel Merino o Daniela Martínez; el “Agnus Dei” zurbaranesco conceptual y plásticamente repensado por José Luis Tellado; la magistral piedad de José Dodero; las obras, en fin, de cuantos artistas -José Naranjo, Enrique Cabanillas, Mariló S. Leal, Jesús Guerrero, Lucía Gallego,.. – han hecho posible esta interesante muestra del “siempre” aquí y ahora, visitable aún hasta el 15 de marzo. Ecos del Prado. De un Prado inagotable. Tres muestras que podrían haber sido muchas más y muy otras.

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