Con más de un siglo de historia, el Balneario de Fuente Amarga, que volverá a abrir sus puertas el próximo 1 de marzo, oferta un amplia gama de tratamientos para el cuidado óptimo del cuerpo
Hace ya más de un siglo que el Balneario de Fuente Amarga abrió sus puertas en Chiclana, un tiempo en el que sus aguas han demostrado ser una de las mejores aliadas para el cuidado óptimo del cuerpo, muy en especial de la piel.
Unas propiedades (las aguas están catalogadas como hipertónicas, alcalinas, cloruro sódicas, sulfurosas y sulfato cálcicas) que han mostrado su eficacia para el tratamiento de numerosas afecciones, así como para la relajación y la belleza.
Técnicas termales que el Balneario de Fuente Amarga ha aplicado y aplica para afecciones dermatológicas (acné, psoriasis, dermatitis atópica, dermatosis víricas y bacterianas, dermatosis que cursan con prurito, etc.); reumatológicas y traumatológicas (artrosis, artritis reumatoide, osteoporosis, tendinitis, etc.) y respiratorias (alteraciones de vías respiratorias altas y bajas y procesos alérgicos).
Beneficios que van mucho más allá y que responden a las máximas exigencias de quienes han decidido apostar por una vida saludable y equilibrada, disfrutando de tratamientos para el estrés, la ansiedad, curas de descanso y relajación.
«A lo largo de todos estos años hemos ido ampliando nuestro abanico de tratamientos y servicios, procurando dar la mejor de las respuestas a esas personas, cada vez más, que ven en los balnearios la herramienta perfecta para ver aliviadas sus dolencias o para relajarse y encontrar esa relajación tan necesaria», señala Pepa Marín, gerente del Balneario de Fuente Amarga.
«Nuestra labor», subraya, «es que el cliente que nos visite, ya sea un día o más, se beneficie de unos tratamientos que van más allá del tratamiento de dolencias y que, en base a un amplio abanico de técnicas, buscan responder a las máximas exigencias de quienes han optado por una vida saludable».
Para ello, tal y como resalta Pepa Marín, «el Balneario de Fuente Amarga ofrece una amplia oferta de posibilidades para disfrutar de los distintos tratamientos, que pueden ser puntuales o más prolongados. Es el cliente el que marca la pauta».