Hay quienes dicen que el sentimiento, el cofrade, no se puede explicar. Que nace muy adentro y que se desborda cuando llega la Semana Santa. Como tal, no se suscribe a un escenario único, haciéndose presente en la más estricta intimida, esa que envuelve al cofrade en la salida de su hermandad, o en mitad del sonido atronador de los aplausos que abrazan a una saeta.
Sentimientos, infinitos, que reflejan con una mirada, con un gesto… el verdadero signficado de la Semana Santa de Chiclana y que solo pueden ser captados e inmortalizados por quienes, como Pedro Leal, cultivan esa mirada especial, única, del fotógrafo con letras mayúsculas.